Al nuevo año le pido sentir, esa metáfora de saber vivir que llevo tiempo olvidando (posiblemente adrede, por comodidad). Dejar de dar vueltas, de dudar, de contentar. Dejar de querer comprender y simplemente dejarme llevar. Fluir y disfrutar del baile. Celebrar, reír, viajar, beber, conocer, hablar, querer, jugar, contemplar, afrontar, soñar, escribir, aprender, llorar, regalar, temblar, ligar, confiar. Ser valiente para que este año sea uno de los que suman, uno que tenga alguno de esos momentos ‘atrévete’ que aparecen diez o doce veces en la vida, en los que el mundo esconde su ironía, te pone contra las cuerdas, te mira de frente y te pregunta, ¿te atreves?
Pues me vale también para este año que entra de 2022… ¡Salud!
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Qué complicado puede resultar fluir cuando pasas mucho tiempo en lo mental y alejada del presente…
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Me encanta!
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Claro. Voy a pedir lo miamo
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