Dice que si se conocieran ahora no se hubiesen elegido. Que el tiempo ha pasado rápido desde ese noviazgo de instituto que les flasheó tanto que siguieron juntos pese a la distancia de sus universidades y a la gente nueva con la que se iban cruzando. Una noche de fiesta, en su piso compartido de Malasaña, se olvidaron de todo y, a los nueve meses, formaban una familia y aparcaban su vida para vivir otra. Sin reproches, amoldándose, aceptándolo. Son felices pero se les notan esas ganas de saber qué se han perdido. En sus últimas vacaciones en Corniglia decidieron que abrirían un restaurante italiano. Dice que esperan encontrar allí un poco de la vida que pudo haber sido. Sonríen convencidos y eso es todo lo que les hace falta para que el tiempo juntos vuele.
Archivo mensual: septiembre 2021
Cita telefónica
No sabían que se encariñarían hasta la tercera llamada, hasta ese intento ansiado de agradarse, hasta que sus voces se confundieron con las de dos amantes que sonríen tontamente al saberse al otro lado del teléfono. Sin quererlo congenian demasiado bien. Sin buscarlo, el trabajo pasa a ser hobby y las horas un tiempo fugaz que tiñen de telepatía y buen rollo. Ella rechaza la propuesta de verse más por miedo a romper la magia, mientras él insiste, rozando su espalda con complicidad, «ven al estudio». Pero no es capaz de seguirle el juego. Un golpe duro trastoca su rutina y se sienten más cerca si cabe, hablándose en silencio. Sin necesidad de contarse nada, sin necesidad de apiadarse. Y vuelven a ser los de siempre, vuelven a ansiarse la voz. Él sigue pendiente de ella. Son pareja ganadora sin saberlo. «Estoy por ti», repite burlonamente en un caballeroso gesto por tantearla. Y le sonsaca historias que no suele explicar, y se pone celoso mientras ella enfatiza detalles absurdos igual que una quinceañera obnubilada.
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