Reapareces. No sé si por la pandemia, por la Navidad o por esos 40 años que acabas de cumplir, pero aquí estás. Insistiendo en verme, recalcando que nada ha cambiado en estos 20 años, que somos los mismos, que sientes lo mismo. Tiemblo. Te había olvidado, lo juro. Estabas ya sepultado debajo de mil historias de vida, fiestas, personas, mudanzas, trabajos, familia, viajes, enfermedades, decisiones… todo ha pasado por encima tuyo estos años, y apenas has asomado en alguna ocasión contada cuando en el autobús ha sonado tu nombre o en el gimnasio he saludado a alguien que se te da un aire. Ya no estabas para mí y has vuelto a marearme. No esperaba un traspié así hasta dentro de unos años, ya mayores, recuperándonos para esos últimos bailes de vida. Llegas antes de tiempo y no estoy preparada. Aún no.
Sabes mirar al lado cubierto por las sombras de la vida y descubrirnos las contradicciones de los sentimientos y, sobre todo, que nunca nos abandonarán y volverán -a veces por sorpresa- en el manantial de los recuerdos. Prosa limpia, concisa, sincera. Y emotiva. Poesía.
Me gustaMe gusta
Melancólicamente hermoso.
Me gustaMe gusta
Esa memoria que juega a hacerse la muerta y que resucita en el instante más inesperado, debe ser la que tiene mayor grado de peligrosidad.
Me gustaMe gusta