Estaba asustada. Le aterrorizaba no saber qué pasaría, cómo serían estas primeras veces sin él. Le quitaban el sueño y las imaginaba mucho, a todas horas, con todas las variantes posibles. Esa silla vacía, esas conversaciones en el aire, ese cumpleaños que ya no volverá a cumplir. Estaba ansiosa y a ratos triste y de mal humor, quería que los días pasaran cuanto antes, indoloros. Al despertarse tanteó la posibilidad de una pastilla que la calmara pero finalmente dejó que la ilusión de los más pequeños cogiera el timón y todo fluyera a su son; las sonrisas y también las lágrimas. Los recuerdos y las nuevas tradiciones, que se obligó a crear, se entrelazaron y las horas fueron pasando. Cuando se dio cuenta ya había oscurecido, y lo habían superado. Poco a poco iban encontrando la manera de seguir.
«La noche se ha hecho más oscura, es la señal del amanecer». (Proverbio palestino)
Saludos, joven periodista.
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También perdí a alguien muy querido. Aprendí a recordarlo con gratitud…Ánimo!
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La vida es un contante «seguir…»
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Es duro y difícil afrontar una perdida. Lo complejo está en como superarlo y que los recuerdos ya no sigan torturándonos.
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Lo más doloroso que le puede pasar a un ser humano es la perdida de alguien de su entorno cercano y aprender a vivir con la nueva realidad es supremamente terrible, pero la vida sigue y debemos subir al carrusel otra vez.
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Difícil encontrar la manera, buen texto.
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Ante la pérdida cada uno tiene su proceso y justo eso, encontrar la manera de hacerlo es lo más difícil. Estos días he pasado por un proceso de duelo interno acumulado que espero poder darle forma, con tiempo y trabajo, claro.
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Muy buen texto.
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Poco a poco se irá diluyendo el dolor intenso. El recuerdo nunca lo perderemos, siempre con nosotros
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Que difícil es asimilar una pérdida
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