Te sueño, o fuerzo soñarte e imaginar cómo sería tenerte en el sofá de casa al llegar. Algo paradójico porque me encanta la independencia de no compartir mi espacio con nadie. Aunque contigo siempre hago una excepción consciente, y me salto las normas. Así ha sido desde el día que nos conocimos. Justificar tu prepotencia, perdonar tu falta de tacto, excusar tu soberbia, todo por una conexión inesperada y un cerrar los ojos impensado cuando me besaste por primera vez. Todo por una apuesta de vida, por un dejarme llevar improvisado y nuevo para mí. Y salió mal, y me arrepiento, mucho, continuamente. Y busco pistas tuyas y me refugio en imágenes pixeladas y euforias juveniles que me alejan, sutilmente, por falta de atracción.
Me siento reflejada en un espejo… Tantas vivencias parecidas
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Joder, es como si me leyeran por dentro. Sintonizada con tu frecuencia. Todos tus textos, los del principio también, se escriben por el mismo canal que el mío. No sólo es leerlos y comprender, sino sentir su latido acompasando al mío. Gracias.
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bien justificad@
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Una ruleta rusa el salir de uno mismo, acostumbrados antes a una introspección concienzuda.
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