Ayer le pasó algo extraño. Quiso ser como los demás y hacer cosas que se interpretan como normalidad, pero se le fue de las manos. No es fácil ser normal; nunca lo ha sido. La valentía de lo cotidiano. Unas referencias estables. Rutinas impuestas por los vaivenes de la vida que son, al fin y al cabo, el modo de supervivencia. Gentes corrientes sin pretensiones de llegar a ningún otro sitio que no sea el sofá de casa después de cenar. Gentes felices –a su manera. Él también quiere; pero le falta coraje para dejar de buscar lo excepcional.
Me encantó este texto… creo que únicamente puede ser feliz aquel que se sale de la «normalidad». Lo excepcional es lo que nos libera.
Un abrazo desde el Caribe.
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Lo excepcional es un modo de vida. Se elige y se disfruta. De convierte en normalidad para ellos. La normalidad es otro, ni inferior ni superior, otro.
No puedes pasar de uno a otro si no con una revolución en tu vida. Y en las revoluciones siempre corre la sangre
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